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MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO A Vigésimo séptimo Domingo del Tiempo Ordinario P. Félix Jiménez Tutor, escolapio |
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ENTRADA Bienvenidos hermanos a la celebración de la Eucaristía. Venimos a la iglesia a alimentar nuestra vida para dar frutos que agraden a nuestro Dios. Venimos a aprender a respetar y amar al Hijo, al heredero, a Jesucristo. Abramos el oído y el corazón a Dios, presente aquí, y guía de nuestros pasos ahí afuera. Entonemos juntos el canto de entrada. PRIMERA LECTURA Nosotros somos la viña del Señor. Somos su plantación elegida. A nosotros nos juzga, hoy, el dueño de la viña, Dios. Aceptemos nuestra responsabilidad y respondamos con amor al amor con que Dios nos cuida. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios. SEGUNDA LECTURA Pablo invita a esta comunidad a recurrir a Dios siempre, a presentarle nuestra oración y nuestra acción de gracias. Acudamos también a él en nuestras dificultades y en nuestras tentaciones. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios. EVANGELIO Hoy la Palabra denuncia la terquedad y el endurecimiento de corazón de los trabajadores de la viña. ¿Quién no ha pensado alguna vez que lo haría mejor que su jefe? En el Reino de Dios sólo hay un jefe, un Señor, Jesucristo. Y aunque a veces no le entendemos, no le podemos sustituir por otro. Jesucristo es el Señor para gloria de Dios Padre. Escuchemos la proclamación del evangelio. ORACIÓN DE LOS FIELES
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