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MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO B Duodécimo Domingo del Tiempo Ordinario P. Félix Jiménez Tutor, escolapio |
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ENTRADA Bienvenidos todos a la casa del Señor, a la fiesta de Jesús, a la asamblea de los hermanos en la fe. Esta barca, la Iglesia, vive también sus tormentas y sus divisiones pero Jesús está con nosotros para calmarlas y llevarnos a buen puerto. En esta celebración de hermanos queremos despertar a Jesús con nuestra oración y con nuestro amor. Celebrémosla con fe. Entonemos juntos el canto de entrada. MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA Job pedía soluciones y recetas para sus males. Y de la boca de Dios recibió una lección sobre el poder creador de Dios, dueño del mar y de todo. Dios no puede ser puesto a prueba ni por el poderoso mar ni por el pobre Job ni por ninguno de nosotros. A los que piden recetas mágicas, Dios les dice: confíen en mi. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios. MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA Pablo nos recuerda a los cristianos que hacemos el viaje de la vida a través de muchas tormentas, pero que hay alguien que nos ha precedido y ha triunfado. Por Cristo y por amor a Cristo, somos empujados hacia el futuro, dejando lo viejo, nos renovamos sin cesar. Lavados y purificados en las aguas bautismales somos una nueva creación. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios. MONICIÓN AL EVANGELIO Jesús, en el evangelio, calma el mar y los vientos. Su palabra tiene poder sobre la naturaleza y su palabra tiene también poder para calmar y dar vida a los hombres que se fían de él. Jesús no duerme; él siempre guía y defiende a su Iglesia, a sus hijos. Escuchemos la proclamación del Evangelio. ORACIÓN DE LOS FIELES
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