MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO B

Undécimo Domingo del Tiempo Ordinario

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

 Escritura:

Ezequiel 17, 22-24; 2 Corintios 5, 6-10;
Marcos 4, 26-34

ENTRADA

Bienvenidos, hermanos, a la celebración del descanso en el Señor, a la fiesta de la fe.

El Señor quiere compartir los secretos del Reino con nosotros.

El domingo es el día de la iniciación cristiana, de la asamblea del pueblo de Dios, de la confesión de nuestra fe.

Celebremos con alegría a nuestro Dios.

Entonemos juntos el canto de entrada.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA

El profeta Ezequiel toma el símbolo del árbol para compararlo con la vida de los hombres y con el trabajo de Dios.

Dios es el dador de la vida y del crecimiento. Dios exalta y humilla. Dios hace florecer unos árboles y seca otros. Dios es como un gran árbol en cuyas ramas podemos descansar y gozar.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA

Pablo apunta al día de la cosecha y nos exhorta a estar atentos a ese día y a caer en la cuenta de que el secreto de nuestra vida consiste en agradar a Dios.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

MONICIÓN AL EVANGELIO

La historia del Reino es como la historia de una semilla. Una vez plantada lo que exige del sembrador es paciencia.

Nosotros, los sembrados con la semilla de la fe, tenemos que cuidar y alimentar esa semilla para que llegue a dar los frutos que el sembrador espera.

Escuchemos la proclamación del evangelio.

ORACIÓN DE LOS FIELES

  1. Oremos por la Iglesia para que siga sembrando con gozo la fe en Jesucristo a los hombres.

  2. Oremos por los gobernantes para que siembren esperanza y ayuden a los más débiles de la sociedad.

  3. Oremos por los niños y los jóvenes para que lo sembrado en sus vidas a lo largo del año escolar produzca frutos y sean agradecidos.

  4. Oremos por nuestra comunidad parroquial para que crezca dando frutos de unidad y de amor.

  5. Oremos por los padres para que asuman con responsabilidad su hermosa tarea de educar a sus hijos como ciudadanos y como cristianos.

  6. Oremos por todos los difuntos de la parroquia y (nombres) para que el Señor les haga florecer en el Reino de los cielos.