Escritura: Génesis 2, 7-9; 3,1-7; Romanos 5, 12-19; Mateo 4, 1-11

ENTRADA

Bienvenidos hermanos y hermanas a la eucaristía de siempre pero en un escenario y en un tiempo nuevo. Hoy, comenzamos la cuaresma.

Cuarenta días para preparar la celebración del Misterio Pascual.

Cuarenta días de catequesis comunitaria para todo el pueblo de Dios.

Cuarenta días para revivir nuestro bautismo que es muerte y resurrección.

Cuarenta días para que los pecadores nos acerquemos al Dios Amor y a su perdón.

Entremos con gozo en este tiempo, en esta casa, en esta familia.

Comencemos nuestra celebración con el canto de entrada.

PRIMERA LECTURA

Adán y Eva son arrojados del Paraíso. Eligieron la sabiduría de la serpiente. Escucharon la voz del tentador y dejaron de escuchar la voz de su Dios, de su Creador.

Empieza la historia de la rebeldía, del pecado, de la búsqueda de otros dioses.

Empieza la historia de los hombres.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

SEGUNDA LECTURA

Jesucristo es la puerta que lleva al Paraíso y al encuentro nuevo con el Dios Amor.

Jesucristo es la obediencia a Dios, la victoria sobre el mal y la muerte.

Por Jesucristo nos viene la gracia y la libertad.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

EVANGELIO

Jesús pasa cuarenta días en el desierto, lugar de prueba y de amores de Dios con su pueblo. Jesús dice no al tentador y dice sí a Dios Padre.

Cuarenta días nos ofrece la Iglesia para purificarnos y sanarnos. El evangelio nos invita a vivir de toda palabra que sale de la boca de Dios.

ORACIÓN DE LOS FIELES

1. Por el papa, los obispos y sacerdotes para que guíen y animen a los fieles y les ayuden a madurar su fe y a avanzar en la conversión.

2. Por todos los líderes políticos para que fieles a su conciencia den soluciones a los graves problemas sociales.

3. Por todos los que luchan y se sienten tentados para que la limosna, la oración y el ayuno cuaresmal les ayuden a vencer el egoísmo.

4. Por todos los que se preparan para recibir el bautismo el día de Pascua para que siempre vivan como hombres nuevos.

5. Por los difuntos de nuestras familias y de la parroquia y (Nombres) para que terminada su peregrinación terrena descansen en la orilla de la eternidad.