MONICIONES Y ORACIÓN DE LOS FIELES - CICLO C

 Primer Domingo de Adviento

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

 Escritura:

Jeremías 33,14-16; 1 Tesalonicenses 3,12-4.2;
Lucas 21,25-28.34-36

ENTRADA

Bienvenidos, hermanos y hermanas, a la eucaristía del primer domingo de Adviento. Adviento es mucho más que una mera espera de la Navidad. Es tiempo de vigilancia y de atención, de oración y de austeridad.

La liturgia, hoy, es una llamada a la alegría, a pesar de nuestros fracasos, porque sabemos que Dios nunca falla. Es una exhortación a trabajar por un mañana mejor, porque estamos convencidos de que Dios cumple sus promesas y actúa en nuestro favor. El Hijo del Hombre viene y ha venido ya.

Celebremos esta eucaristía prestando atención a la palabra de Dios y alabando a nuestro Salvador Jesucristo.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA

El pueblo estaba necesitado de consuelo y esperanza. La profecía de Jeremías le ofrece una palabra de Dios que habla de sanación y de plenitud. Judá será renovado.

Donde no había esperanza, Dios pone esperanza.

Donde había pecado, Dios pone perdón.

Así será nuestro Adviento. Nosotros lo comenzamos con nuestros pecados, dudas y problemas. Dios pronuncia una palabra de esperanza, de perdón y de vida.

Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA

San Pablo ora para que todos los que él ha iniciado en el misterio de Jesús no se desanimen sino que canalicen su impaciencia y desencanto en entusiasmo por llevar una vida santa y fiel. Pablo nos exhorta a vivir la fe día tras día como compromiso de amor.

MONICIÓN AL EVANGELIO

El evangelio nos invita a no gastar nuestras energías mirando al futuro, sino a poner la atención en el presente vivido en compromiso y servicio.

No busquemos en los cielos signos milagrosos; escuchemos la Palabra de Dios que habló y sigue hablando hoy para mejorar nuestro diario vivir.

Escuchemos la proclamación del Evangelio.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Oremos por los que tienen autoridad en la Iglesia para que motiven a los fieles con su palabra y ejemplo a vivir el mandamiento del amor.

Oremos por los jefes de las naciones para que gobiernen con justicia, busquen la paz, y asistan a los necesitados.

Oremos por los que esperamos la venida de Cristo en este tiempo de Adviento para que sigamos trabajando por la transformación del mundo.

Oremos para que nuestras palabras y nuestras vidas se conviertan en constante oración al Señor que viene.

Oremos por los amigos y familiares que han muerto y (nombres…) para que gocen del amor y de la paz que sólo Dios puede dar.