LA CULTURA POP ES MI RELIGIÓN

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

En este mundo sin Dios, todo lo empaquetamos con los atuendos de los dioses. Idolatría laica.

Hablar de religión, entre nosotros, es hablar de la religión católica. Hemos tenido tan poco contacto con las otras religiones que pensamos que no hay nada más.

La Religión, palabra arcaica, evoca dictaduras, prohibiciones, abuelas enlutadas…tema tabú.

Hoy, se aplica a cualquier realidad. El fútbol es una religión, transforma, viriliza, produce éxtasis e infartos.

El ateismo quiere convertirse en una religión.

Para Lady Gaga “la cultura pop es mi religión, arte que trasciende y transforma”.

Los textos de sus canciones son plagios o préstamos bíblicos.

A nosotros, los europeos, analfabetos bíblicos nos puede sorprender, pero en Estados Unidos la Biblia es uno de los libros de cabecera. Si abre el cajón de la mesilla de noche del hotel, allí encontrará una Biblia.

Lady Gaga, “no quiero ser una celebridad sino hacer la diferencia”, se adueña de las metáforas bíblicas y nos brinda unos cócteles explosivos.

La Biblia y la religión en manos de esta sacerdotisa ¿son puro comercio carnal y crematístico? ¿Son puro shock para audiencias necesitadas de vibraciones más profundas? ¿Son sus Little Monsters, sus fans, capaces de discernir el grano de la paja?

Me preguntaba un alumno de la ESO: ¿ha visto ya el vídeo de Lady Gaga titulado JUDAS? Sí, varias veces, le contesté.

Judas, Jesús, María Magdalena…la vida tranquila de ayer en Galilea transformada en show Business, en velocidad por las calles de New York, en la chica de la película que siempre se enamora del chico malo.

“Estoy enamorada de Judas. Jesús es mi virtud. Judas es el demonio al que me ato”.

La religión reducida a cultura pop sin más mística que la de un erotismo que cabalga en moto con un Jesús coronado de oro.

Lady Gaga predica que ella no quiere ser objeto de adoración sino exhortación a que cada uno de sus fans se adore a sí mismo.

Su show es también una gran atracción para tres mil cincuentones millonarios que además de hacerles sudar la cosa, les hace abrir sus carteras, firmar cheques y les absuelve de todos los pecados.

La cena de gala de la Robin Hood Foundation, animada este año por Lady Gaga, colectó 47 millones de dólares en entradas más 11 millones en menos de media hora durante la cena.

Una verdadera experiencia religiosa y solidaria.
.