L A   C O P E

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

   

 

Los curas, suele decirse, predican a los ya convertidos y, en estos tiempos a los sordos, personas mayores que si levantas la voz les zumban los audífonos y se salen del templo.

¿Y los predicadores de las ondas?

Éstos también predican a sus almas gemelas. A todos nos gusta sintonizar el dial que confirma y robustece nuestras opiniones y creencias.

Múltiples voces airean múltiples visiones de los problemas cotidianos. Cada locutor condimenta la realidad con su propia sazón.

En Estados Unidos Rush Limbaugh es la voz conservadora que, día tras día, enciende con sus arengas a 14 millones de americanos.

"Es la Era Limbaugh. El monumental impacto que dirige América. ¿Y qué sería de nuestra nación sin él?"

Es el pregonero, siempre en el candelero, de todas las causas que me gustaría archivar. Defiende la pena de muerte "cuya única crueldad es el estertor del último minuto", enemigo de los inmigrantes, no le importa que "los estúpidos mejicanos hagan el trabajo", defensor de la guerra, insulta a los soldados que la critican…

Un coro de voces archiconservadoras, desde Fox News y de ABC Radio, llenan las ondas del país de costa a costa.

En la oscuridad africana, a nueve mil millas de Dallas, muchas familias pasan la noche escuchando al pastor J. Vernon McGee, tal vez el predicador más popular en las ondas cristianas.

Su programa, "Thru the Bible", interpreta cada día un versículo de la Biblia de manera sencilla y rústica. Ha sido traducido a 108 lenguas. Cientos de horas de sus sermones grabados son escuchados por millones de personas cada día en 219 países.

La radio para millones de personas es el único medio de información y también de contacto con la religión.

En España tenemos LA COPE.

La emisora de los Obispos no es la mía.

Confieso, Monseñor, no ser devoto de La COPE y me siento incómodo cuando algunos feligreses se me presentan, no como buenos católicos, sino como "nosotros somos de La Cope".

La identidad de sus clientes tiene más connotaciones políticas que religiosas.

Yo no tengo nada contra La Cope que puede decir lo que quiera, "somos libres".

Sí tengo contra sus dueños, los Obispos, que su emisora, su púlpito, su cátedra sea tan poco evangélica, católica, y se sientan satisfechos con su actual programación y con los predicadores que muerden la mano que los alimenta.

La Cope ofrece migajas religiosas. Miniespacios para novenas y baratijas piadosas de tan bajo voltaje que no dan calambres. La Biblia y una predicación vibrante y convocante, capaces de electrocutar al oyente, están ausentes. Deben ser tormentas que ahuyentan al rebaño.

La Cope es "La Mañana" de Federico, el que ataca a las escuelas católicas de seguir un ideario de "todo a cien" y de "sumisión al Gobierno por dinero", el que pide la dimisión del rey, el que, según sus incondicionales, penetra en el bunker del poder y les revela sus secretos inconfesables, el que desnuda a ZP y les expone sus vergüenzas…

La Cope es "La Linterna" de César Vidal, el pastor protestante, que vestido de cordero manso y elocuente está en los antípodas de la fe católica.

La Cope es una emisora de tantas que, no sé si existe por razones religiosas o políticas, y que pertenece a los Obispos de España.
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