ESTOY ENFERMA DE AMOR

P. Félix Jiménez Tutor, Sch. P...

   

 

"En Egipto se llamaba a las bibliotecas el tesoro de los remedios del alma. En efecto, curábanse en ellas de la ignorancia, la más peligrosa de las enfermedades y el origen de todas las demás".

Cuando escuchamos la palabra Biblia ponemos los oídos en off. Asociamos El Libro con religión, curas, piadosidades, novenas a santas desconocidas y con un pasado prohibido y clausurado.

El Libro más traducido, más vendido y más estudiado no es el más leído. Si no hubiera existido nuestra literatura, sería cual páramo castellano y eso que llaman best-sellers: códigos, catedrales, pilares… jamás habrían visto la luz.

La primera vez que, desde la A a la Z, me enfrasqué en la lectura de la Biblia, era yo muy joven, me enredé más de la cuenta en el capítulo 23 del profeta Ezequiel.

La historia de las dos hermanas con su vocabulario atrevido, pornográfico para mí, me enardecía y emocionaba. Palabras nuevas y extrañas a toda religiosidad.

"Había dos mujeres hijas de la misma madre; fornicaron en Egipto, doncellas eran y fornicaron. Allí tantearon sus pechos y desfloraron su seno virginal".

Más tarde aprendí que la Biblia es la primera gran biblioteca donde se dan cita todos los géneros literarios, ciencia ficción y UFOS incluidos.

El género amatorio y erótico encuentra su versión más exaltada y más original en El Cantar de los Cantares. La amante, la Sulamita, es el primer sujeto libre y autónomo de la historia de la literatura amatoria.

Como no se debe aguar el buen vino tampoco se deba aguar el erotismo sublime pero carnal del Cantar de los Cantares.

"Puesto que somos carnales y nacidos de la lujuria de la carne, nuestra pasión o amor debe comenzar con la carne" dice San Bernardo de Clairvaux que, durante 18 años, estudió El Cantar de los Cantares.

Sí, un texto erótico se ha convertido en un texto sagrado. Dicen los rabinos que si la Biblia es sagrada, El Cantar es más sagrado.

Se intentó aguar el texto, tentación clerical, con interpretaciones de tipo alegórico: el amado sería Yahvé y la amada su pueblo.

Las llaves de este joyero han podido perderse, pero el sentido literal, el amor se basta a si mismo, está al alcance de todos.

"Mi amor mete la mano por la abertura:

me estremezco al sentirlo".

"El amor es más fuerte que la muerte" por eso El Cantar, gozo y tabú, éxtasis y encarnación, ausencia y deseo de unión, es el mejor antídoto contra la muerte.

Yo, asiduo lector del Cantar, les invito a leer y releer aunque sólo sea for the wrong reasons, por motivos equívocos, el mejor poema erótico de la literatura universal.

No resulta difícil amar a los que, como la amada del Cantar de los Cantares, saben idealizar a su amado.