Hay Okupas de todos los colores y tendencias. Extendidos por todo el planeta ocupan las iglesias abiertas en las que siempre hay alguien si no orando, sí descansando y durmiendo en la soledad sagrada, otros ocupan los puentes y los parques y otros, en las afueras de la ciudad, levantan campamentos marginados y marginales. Liberados de toda responsabilidad viven a su manera.

Okupas, planeta de los sin techo, hombres libres sin leyes y sin autoridades que como los pájaros del evangelio no se preocupan ni por la comida ni por el vestido. Okupas, asociación de tribus con agenda anárquica y utópica. 

Tal vez nuestro pecado mortal, el de los Okupas silenciosos, sea conocerlos sólo por los recortes de los periódicos. Lo nuestro es vivir en la seguridad total, pero sin agenda.

¿Quienes son los Okupas silenciosos?

No se asusten, son los signos de los tiempos, si les digo que yo soy un Okupa silencioso. Muchos frailes y muchos religiosos también lo son, peroro no han caído en la cuenta de su condición.

Cuando se acabe la generación de los que nacieron entre los años 40 y 50 habrá acabado una manera de ser cura y crisitano. El cristianismo duro y puro, cerrado como un huevo, habrá desaparecido.

Muchas iglesias y muchos conventos cerrarán, muchos curas sobrarán y las vocaciones de la pobreza se habrán exttinguido. Ya no hay vocaciones porque ya no hay pobres, ya no hay familias numerosas. Las vocaciones de curas no cotizan en bolsa y el estatus social del cura en Europa goza de menos prestigio que el de barrendero o funcionario del ayuntamiento.

Hay vocaciones, claro que sí, donde hay pobreza, donde el cura aún goza de autoridad y dignidad. Los seminarios mastodónticos europeos, ahora se han trasladado a las periferias, al mundo de la pobreza.

En Europa, los frailes y los religiosos, masculinos y femeninos, que han superado los 70 años son los nuevos Okupas silenciosos.Ubicados en el último piso de la obra de la institución vivimos como auténticos Okupas sin agenda.

Las obras son sólo bulla que turba la paz de los Okupas. Las obras en las que trabajaron con amor y sin salario ya no son sus obras.

Las obras son de los asalariados, casados, divorciados,creyentes, ateos...no hace falta decir, faltaría más, que todos hacen voto de lealtad a la institución y al cheque mensual. La institución los viste con nuevos uniformes y nuevos títulos que adornan su nueva identidad. Son los portaestandartes del espíritu del Fundador.El Fundador brilla más y se proclama todos los días por la megafonia ambiental y eclipsa a toda la corte celestial. Jesucristo se reduce a un apéndice, a nota marginal.

Los Okupas, en el penthouse del edifcio, liberados de toda actividad, sin responsabilidades, en su feliz irresponsabilidad, no se lamentan, ven la gente que pasa y los domingos cuentan los goles del futból. Su silencio no tiene mérito, es recompensado por la institución.

Cuando ya se han librado todas las batallas, cuando ya se han evaporado todas las ambiciones, cuando se han apagdo todos los amores, cuando ya no nos dicen nada los santos de escayola, cuando ya los evangelios archirrepetidos nos aburren y cuando sólo nos queda el Tú Solo Santo, es tiempo de vaciarse, de soltar lastre y de crecer por dentro.

Okupas silenciosos, bienvenidos a la fiesta de la insignificancia.