CORAZÓN CORAZÓN BÍBLICO

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

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No buey, no mula en el establo de Belén, ¿y qué?

No hay que ser Benedicto XVI ni un iluminado ni un hereje para desmontar el belén popular y reducirlo a lo esencial, al mínimo vital, a María y al niño Jesús. José parece sobrar, es pura decoración y si no estuviera, según el relato bíblico no pasaría nada. Es un extra incómodo. Yo no creo que José, por más justo que fuera, aceptara ser expulsado del master bedroom para dormir en el sofá.

Sigan montando el belén con el río de plata, todos los gremios y las ovejitas blancas sobre el musgo. No dejen de poner el buey y la mula, abultan más que el viejo San José escondido tras las telarañas del rincón. Pero no se cabreen ni pierdan la fe, nada ha cambiado. Benedicto XVI ha repetido lo que miles de estudiosos han dicho antes que él.

El primer belén, el original, no tiene nada que ver con las copias que la imaginación piadosa ha reproducido a través de los tiempos.

Los católicos españoles a la Sola Escritura le hemos cosido el santoral, ensalzamiento bobo de unos hombres y mujeres reinterpretados para nuestra innecesaria imitación.

A Jesús de Nazaret, no de Belén, cuyo ADN es desconocido y cuyo genoma es un código indescifrable, lo hemos arrinconado por misterioso e inalcanzable.

Las devociones populares, las apariciones semanales de la Virgen en los cuatro puntos cardinales, las reliquias de las celebridades cristianas, en una palabra, los inesenciales, lo han invadido todo y han suplantado al Señor Jesús. 

Muchos son los indignados porque muchos son los que han hecho de la religión un mercadillo de baratijas recicladas cada jueves.

Los cristianos bíblicos no se han sobresaltado, pasan de belenes, conocen los evangelios y no echan en falta lo que no hace falta para creer.

¿Y los hermanos de Jesús? “Tu madre y tus hermanos están ahí y te buscan”. Estos sí que están en los evangelios. Nosotros los evitamos llamándolos primos, parientes, miembros de la tribu…y nos quedamos tan anchos. No están en el belén ya que Jesús fue el primogénito. 

Sabemos tan poco del Jesús de la historia que tenemos que convivir con múltiples historias de Jesús tan ricas y tan variadas que no se pueden armonizar, no se someten a ninguna autoridad.

Cierto, no buey y no mula en el belén y ¿si no hubo niño? ¿Si Jesús es un personaje de ficción? Pregunta atrevida que muchos se han hecho y se siguen haciendo.

“El hecho de que esta historia haya podido ser inventada por el hombre, criatura que sólo sabe que nada sabe, sería tan milagroso como la historia de un Dios real que se ha hecho carne”, escribe Umberto Eco.