100 Nombres Propios

P. Félix Jiménez Tutor, escolapio.....

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El Heraldo de Soria es el The New York Times con el que nos desayunamos los sorianos. Soria, la capital y sus pueblos, no es noticia planetaria y ni siquiera nacional, pero cada día, con ingredientes nuevos y viejos : CMA, el parking, el cartel de San Juan, Norma….los cocineros del Heraldo cocinan un zancocho excelente.

Bien pensado, cualquier rincón del planeta tierra, incluido Noviercas, tiene su encanto que sólo el enamorado penetra con fruición y añora en la distancia.

Si la redacción del Heraldo se propusiera buscar 100 nombres propios, las 100 personas que más han influido en el 2012 a cambiar la sociedad civil y religiosa de la provincia, ¿necesitaría como Diógenes un candil para encontrarlas?

Definirse como “ciudadano del mundo” es un sueño grandioso e inútil. Mi pasaporte soriano me confina a una geografía y a unos problemas tan concretos que todo lo demás me resulta simplemente literario e interesante.

La revista Time, con cerca de cuatro millones de ejemplares semanales, lleva ya diez años buscando, entre los millones de ciudadanos de este mundo, 100 nombres propios que viven para transformar con su liderazgo, su talento, su valor y su rebeldía nuestra manera de vivir.

Todos los años los ha encontrado, pero en algunas listas del pasado incluyó nombres que al día siguiente eran escupidos en la cara, eran y son puro fraude: Armstrong, Pistorius, Mel Gibson, Dominique Strauss-Kahn, el General Petraeus y tantos otros.

Las coronas de laurel se marchitan tan rápidamente que acaban como todo lo humano y los humanos en el olvido.

100 nombres, capilla Sixtina no de un cielo imposible sino del mundo de los hombres que luchan por sobrevivir un instante.

Hombres que son Titanes, Líderes, Artistas, Pioneros e Iconos en este gran teatro del mundo. Este año muchos de estos nombres me resultan familiares, aunque hay nombres que me sorprenden e irritan. ¿Mario Balotelli entre los 100? ¿Pen Liyuan, Primera Dama de China, entre los 100? Echo de menos a los científicos, los filósofos y los grandes contadores de historias y echo de menos, majadero que soy, mi nombre. 

Malala Yousafzai, “un símbolo de valor y convicción” para las jóvenes de Pakistán y del mundo es el nombre y la cara de la portada. Esta joven tiroteada por los talibanes por ir a la escuela y tener sueños, quiere ser médico, se ha convertido en un icono para los 61 millones de niños que aún no saben lo que es un pupitre. No sólo se es mártir por defender una fe sino por defender algo más terrenal como es el derecho universal a la educación. Ahora escribe su vida, testimonio crudo de sus sueños infantiles, recién estrenada.

Repite, un año más, Barack Obama, ayer era el American Dream hecho realidad, hoy es el líder que se empeña en que América tenga más aliados y menos enemigos. Pero a pesar de sus buenos deseos tiene un aguijón en su carne, después de cinco años de presidente no ha conseguido cerrar Guantánamo, promesa solemne para la que no encuentra salida. El 90% de los americanos, otro aguijón, quieren como su presidente poner fin a la venta sin control de las pistolas pero un puñado de senadores egoístas hicieron descarrilar el proyecto. ¿Conseguirá llevar a buen puerto la nueva ley de inmigración? 

Benedicto XVI, tan alejado de la vida real, no pasaba el corte. El Papa Francisco, aún de luna de miel, es uno de los 100 nombres. Hemos pasado de los sermones leídos, sabios, serios y aburridos a los sermones improvisados del Papa Francisco. De una oratoria académica a una oratoria conversacional, a una imágenes posmodernas y de impacto instantáneo:”Dios spray”,” la Iglesia canguro”, “los cristianos satélites”, “oler a oveja”… Espero siga entre los 100 por ser inspirador y transformador si no del mundo, sí de una Iglesia aburrida y moribunda.

Jay-Z mi rapero, al que Bloomberg llama el “emperador de New York”. 

Sam Yagam, el de la web OkCupid.” Dadme vuestros datos, nosotros os damos citas”.

Joaquim Barbosa, el niño pobre que cambió Brasil con su lucha en los juzgados contra la corrupción.

No somos islas aunque cada vez vivimos más aislados y atrincherados en nuestro reducto. Esos 100 nombres propios me reconcilian con la humanidad.