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HOMILÍA DOMINICAL - CICLO B Tercer DOMINGO P. Félix Jiménez Tutor, escolapio ... |
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EVANGELIO Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el evangelio de Dios. Decía: -Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios: Convertíos y creed la Buena Noticia. Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jesús les dijo: -Venid conmigo y os haré pescadores de hombres. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo del Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
HOMILÍA 1 Durante la segunda guerra mundial un pueblecito de Baviera fue destruido por las bombas. La iglesia también quedó reducida a escombros. Entre las ruinas, los vecinos encontraron una imagen de Jesús sin brazos ni piernas. Terminada la guerra reconstruyeron el pueblo y la iglesia. Dudaban entre reconstruir la imagen o dejarla tal como la encontraron. Optaron por dejarla como la encontraron y le pusieron esta inscripción: "Ahora no tengo manos ni pies. A partir de hoy, ustedes serán mis brazos y mis pies para ayudar y curar este mundo roto." El domingo anterior la Palabra de Dios nos invitaba a seguir estas cuatro consignas:
Yo creo que ninguno de nosotros podemos vivir con fuerza e ilusión el seguimiento de Jesús si no practicamos estas cuatro consignas. A veces creemos ser más sabios que la Palabra de Dios y tenemos nuestros propios criterios, nuestro almacén de sabiduría y nos rebelamos contra Dios. Muchos padres no entienden por qué tiene que existir una catequesis bautismal, de primera comunión o de confirmación. Lo arreglarían todo con celebraciones privadas aunque tuvieran que pagar más. Y yo les digo, ojalá hermanos, hubiera catequesis, palabra de Dios, comunidad cristiana para todos, para todos los días, para toda la vida.. Como un hombre nunca está hecho del todo, un cristiano nunca se acaba de hacer del todo. El cristiano no se gradúa. Nunca recibe el diploma de licenciado. La Palabra de Dios, hoy, nos invita a dar un quinto paso. RESPONDER. Todos hemos sido llamados pero no todos hemos respondido. Los Ninivitas respondieron. Los Corintios respondieron al "tiempo es corto". Y Jesús nos dice: "el plazo está vencido. El Reino de Dios está llegando". El tiempo es ahora, ya. Simón y Andrés, Santiago y Juan "inmediatamente dejaron las redes y siguieron a Jesús". Dejaron familia, trabajo, amigos... y comenzaron a aprender un nuevo oficio: servidores del Reino de Dios. ¿Fueron los primeros llamados por Jesús? Tal vez sí, tal vez no, Sí fueron los primeros en responder y seguir al nuevo Maestro. Y toda persona que lea los evangelios leerá estos nombres, nombres que inspiran asombro y confianza, valor y fe, atrevimiento y riesgo, llamada y respuesta, vida y destino, vida y muerte entregadas al servicio de su único Señor. Estamos reunidos en la iglesia del Pilar de Soria no sólo para decir: ¡qué hermoso, qué grande es mi Salvador! Estamos aquí para responder a la llamada de Jesús. Ahora están de moda los concursos en televisión. Hizo furor el titulado:¿quiere ser usted un millonario? Y uno piensa, eso no es para mi. No estoy preparado para responder a semejantes preguntas. Nos alegramos con el nuevo millonario pero, nos decimos, yo no seré nunca ese ganador. En la vida cristiana, muchas veces, tenemos esa misma sensación. Y pensamos en la suerte que tuvieron Andrés, Simón, Juan y Santiago. Sí les tocó el millón pero el millón que otros no quisieron. Muchos son los llamados, pocos los que responden. Así fue en el tiempo de Jesús, el evangelio nos cuenta la historia del joven rico que le dio la espalda. Y así es en nuestro tiempo. Muchos escuchan el mensaje. Muchos admiran a Jesús. Muchos leen los evangelio. Muchos van a las iglesias. Pocos responden a Jesús. Pocos se ponen al servicio de Jesús. Muy pocos darían la vida por Jesús. Y no olvides que la respuesta nace en un corazón limpio y libre y se da con gozo. Y no olvides que la respuesta se da cada día, en el trabajo, en la familia... Y no olvides que la respuesta es servicio humilde a los hermanos. Érase una vez una mujer muy devota y llena de amor a Dios. Solía ir a la iglesia todas las mañanas, y por el camino solían acosarla los niños y los mendigos, pero ella iba tan absorta en sus devociones que ni siquiera los veía. Un buen día, tras haber recorrido el camino acostumbrado, llegó a la iglesia en el preciso momento en que iba a empezar el culto. Empujó la puerta pero ésta no se abrió. Volvió a empujar, esta vez con más fuerza, y comprobó que la puerta estaba cerrada con llave. Afligida por no poder haber asistido al culto por primera vez en muchos años, y no sabiendo qué hacer, miró hacia arriba... y justamente allí, frente a sus ojos, vio una nota clavada en la puerta con una chincheta. La nota decía:"Estoy ahí afuera". (La oración de la rana)
HOMILÍA 2 “El SEÑOR QUIERE QUE SEAMOS PASTORES NO SALVADORES”. ¿Es cierto que Javier es discípulo suyo?, le preguntaron un día a un profesor. Sí, es cierto que Javier asiste a mis clases, pero no es mi discípulo. El alumno ocupa un pupitre por obligación, le guste o no la materia y el profesor. Aburrido, en su interior, maldice y espera impaciente el final de la clase. El discípulo se entusiasma, admira, se identifica con la materia y el profesor y desea imitarle. Nosotros, los que aún frecuentamos la escuela de Jesús y escuchamos sus enseñanzas domingo tras domingo, los que usamos su nombre y nos definimos como cristianos, corremos el riesgo de convertirnos en meros alumnos mientras que Jesús quiere que seamos discípulos. Ser cristiano es algo instantáneo, uno se bautiza y misión cumplida, uno queda afiliado a una institución virtual de por vida mientras que ser discípulo es tarea de toda la vida, es seguimiento ininterrumpido. Nunca somos cristianos del todo porque tenemos que luchar para que las experiencias de la vida cotidiana no apaguen el entusiasmo y el aburrimiento no se instale en la vida del discípulo. Los católicos confundimos muchas veces la religión con la espiritualidad. Ser religioso es tener ideas, creencias, ritos, novenas…todo un recetario fijo e inmutable. El espíritu, imprevisible e incontrolable, se anestesia. Marcos en el evangelio de este domingo nos exhorta a convertirnos y a creer en el evangelio. A Dios no le interesa nuestro pasado, nos invita a creer que podemos crecer, que podemos cambiar y ser personas nuevas, transformadas por la fuerza del evangelio. Convertirse diariamente no es una extravagancia, es una necesidad del discípulo que quiere asemejarse y entusiasmarse más y más con su Maestro. Marcos, después de esta brevísima introducción y de este primer mensaje de Jesús: conversión y fe, sin más preámbulos llama a sus primeros discípulos. Marcos enfatiza la llamada y elude el proceso de discernimiento de los llamados. Seguro que no sería tan sencillo como nos lo hace creer. Los llamado tenían familias que dejar, trabajos que atender, negocios que liquidar, amistades que despedir… ¿y el futuro? ¿Llamados para qué? Ninguna explicación, sólo una respuesta aparentemente irracional. A todos nos cuesta dejar lo familiar, lo de siempre. A todos nos cuesta emprender nuevas tareas y nos consolamos diciendo: más vale malo conocido que bueno por conocer. La llamada de Jesús no nos seduce. Los hombres de hoy son seducidos por las celebridades efímeras del momento. El sígueme de Jesús siempre fue difícil, pero hoy lo es más. Pedro, Andrés, Santiago y Juan inmediatamente lo dejaron todo y se comprometieron con Jesús y lo primero fue estar con Jesús, conocerlo y entusiasmarse con él. Pero seguro que no fue tan sencillo ni tan inmediato aunque Marcos nos presente a estos cuatro primeros discípulos como modelos para nosotros. Ser discípulo de Jesús no es ponerse una camisa de fuerza que te paraliza, es vivir la libertad y la alegría, revestirse de la condición de servidor de la causa del Reino, de la lealtad y del amor a Dios y a los hombres. Música celestial, palabras, palabras… Optar por Jesús y ser su discípulo es mucho más que palabras, es mucho más que una tarea meramente humana, es también tarea del Espíritu, sin su presencia y ayuda sería imposible. Si Dios pudo abrir la tumba que retenía prisionero a Jesús, también puede hacer algo hermoso con nosotros, nos puede convertir en pastores, pero, por favor, dejemos que se ocupe Él de la salvación.
HOMILÍA 3
Un rabino, en una ocasión, le pidió a otro
compañero, con el que estaba conversando, que le dijera las palabras de
las enseñanzas que había escuchado de su maestro. HOMILÍA 4 JESUS BUILT A TEAM
To be chosen by God often means at one and the same time a crown of
joy, a great honor, and a cross of sorrow, a big burden.
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